Entre las amenazas que se consideraban evidentes se encontraban las preferencias del electorado por el Partido Republicano para gestionar las situaciones adversas en el entorno económico, tal y como luego ocurrió en la Cámara de Representantes en el mes de noviembre pasado.
Entre las oportunidades Obama, que representaba la novedad, contaba con la demanda generalizada de la ciudadanía por un cambio político. De hecho, ese acabaría siendo el lema de su campaña, aquel Yes, we can que todos coreaban al unísono.
Barack Obama afirmó durante el discurso de su victoria presidencial que llegaba un nuevo amanecer de liderazgo estadounidense. Tan sólo un año después le concedían el premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos diplomáticos en pro del desarme nuclear, la consecución de paz en Oriente Medio y el fomento de la lucha contra el cambio climático.
¿Se merecía Obama el Nobel de la Paz? Se debatió mucho sobre la cuestión. Veamos a continuación los avances en las tres causas que lo motivaron. El acuerdo START para la no proliferación entre Estados Unidos y Rusia sólo reducirá el 30% de las armas nucleares en el mundo. No implica obligado cumplimiento del mismo y Rusia se muestra favorable porque debe deshacerse de las armas de la Unión Soviética que han quedado en desuso.
Las negociaciones de paz en Oriente Medio estaban destinadas a fracasar desde el principio, incluso antes de que Israel se negara a congelar la construcción de asentamientos en Jerusalén Este. Asuntos de vital importancia y que siguen sin entrar en el debate como el derecho al retorno de los refugiados palestinos o el muro que separa Israel de Cisjordania son sólo algunos de los motivos que impiden alcanzar un acuerdo justo.
Asimismo, sobre el cambio climático poco se recuerda favorable en este Año de la Biodiversidad. Aún se mantiene reciente en la memoria el accidente de la plataforma petrolífera de BP Deepwater Horizon, en el golfo de México que causó el mayor vertido de petróleo de la historia. Por otro lado, WWF advierte de que 2010 finaliza con datos preocupantes en lo que concierne a la protección de la naturaleza y que "de seguir el ritmo actual en el uso de recursos se necesitarán, por ejemplo en nuestro país, “3 “Españas” para satisfacer las demandas de recursos naturales.”
Dos años después del triunfo de Obama, Julian Assange -el fundador de WikiLeaks- entregaba en noviembre a cinco importantes medios de comunicación de todo el mundo lo que se llamaría el Cablegate: 250.000 comunicaciones entre el Departamento de Estado y las embajadas de Estados Unidos en una treintena de países.
A pesar de la polémica que otras veces habían supuesto las filtraciones sobre la guerra en Afganistán y la invasión de Irak, estas suponían la mayor filtración de documentos secretos de la historia y abrían un fascinante debate sobre el futuro del periodismo.
La estrategia inicial del Gobierno estadounidense fue condenar las filtraciones, pero el creciente interés de la Opinión Pública ha generado recelo en la primera potencia mundial. Y no es para menos. Según el director de El País, Javier Moreno, las filtraciones “revelan de forma exhaustiva, como seguramente no había sucedido jamás, hasta qué grado las clases políticas en las democracias avanzadas de Occidente han engañado a sus ciudadanos”.
La repercusión de lo que se empieza a llamar en la jerga periodística “La era WikiLeaks” no sólo ha influido en la reputación de Estados Unidos y destapado la maquinaria oficial de la diplomacia en todo el mundo, también abre interrogantes sobre el porvenir del periodismo.
Cada vez se hace más necesario participar en una información comprometida con los intereses de los ciudadanos, a la vez que el uso de nuevas tecnologías favorecen a personas formadas y no especialmente en periodismo, a colaborar en la revelación de lo oculto.
Lo que queda especialmente latente es el vuelco en sólo dos años de la Opinión Pública de todo el mundo. Desde las cautivadoras palabras de Barack Obama sobre su liderazgo hasta la expectación suscitada por las filtraciones de WikiLeaks sobre al poder hegemónico estadounidense y la detención de Assange por supuestos abusos sexuales y su posible extradición a Suecia.